La violencia hacia las mujeres es una problemática mundial que afecta (en mayor o menor medida) a millones de niñas, adolescentes y mujeres adultas que padecen discriminación, desarraigo, padecimiento físico y psicológico, perdiendo no solo posibilidades de desarrollo pleno como personas sino la vida por el solo hecho de ser mujeres.
La violencia hacia las mujeres, un problema social
Durante años, los movimientos de Derechos Humanos y el movimiento de Mujeres en nuestro país han desplegado enérgicas luchas por lograr una legislación adecuada a los compromisos asumidos por el Estado argentino en los pactos internacionales de Derechos Humanos.
A pesar de la visibilidad que ha tomado la violencia de género contra las mujeres en nuestra sociedad, en los barrios, en las comunidades, en las Escuelas, sigue siendo uno de los problemas más sentidos y una demanda constante.
Las Trabajadoras de la Educación y la violencia hacia las mujeres
El colectivo de mujeres Trabajadoras de la Educación no es ajeno a la problemática de violencia hacia las mujeres. Al igual que en cualquier otra mujer, la ruptura de una relación afectiva por cualquier tipo o modalidad de violencia pone en estado de crisis la vida misma.
Por ello, desde el SUTEBA luchamos y conseguimos el reconocimiento de una licencia especial ante violencia de género para todas las Trabajadoras de la Educación de la provincia de Buenos Aires. Esta reglamentación protege nuestro puesto de trabajo y otorga garantías de goce íntegro de haberes y posibilidad de traslado jurisdiccional o interjurisdiccional con reserva de destino, así como el tiempo para la asistencia necesaria.
La Escuela, un lugar de reflexión, prevención y aprendizaje de buen trato
Los estudios de género desde la década de los ‘60 permiten afirmar que la violencia por razones de género es de origen cultural, se asienta en el control real y simbólico de sus cuerpos, sus oportunidades, sus decisiones y hasta de sus deseos. Esto significa que al ser un fenómeno cultural es posible cambiar aquellos valores sociales que justifican la superioridad masculina, causa profunda de las diferentes manifestaciones de la violencia por razones de género
La implementación de la Ley de Educación Sexual Integral como un derecho de los niños, niñas y adolescentes en las aulas de todo el país, es un paso indispensable en el camino de proporcionar la información y la reflexión necesarias para aportar a la constitución de una sexualidad que al mismo tiempo sea libre y sea responsable.
La Escuela, presencial o virtual, representa un lugar de prevención, con un enfoque integrador de la sexualidad, desprendido del componente moralista o meramente biologicista basado en los derechos sexuales y derechos reproductivos de niños, niñas y adolescentes desde una perspectiva de género, que debe contribuir a la problematización de las distintas formas de violencia, interpelando representaciones y prácticas, buscando en la práctica cotidiana la ruptura de estereotipos, promoviendo un trato igualitario.
¡Todas las personas tenemos derecho a vivir la vida libre de violencias!