El 7 de octubre de 1965, durante el gobierno democrático de Arturo Illia, se organizó una movilización hacia el Congreso de la Nación, para hacer entrega de un petitorio que contenía las premisas en las que se sostenía ese pedido.
Luego de aquella jornada histórica, la dirigencia del entonces Sindicato de PECIFA de Capital Federal instituyó el 7 de octubre como el Día de los Trabajadores Civiles de las FF.AA.
A mediados de la década del 60, un grupo de agentes civiles de las Fuerzas Armadas, que ya había conformado el Sindicato PECIFA de Capital Federal, comenzó a realizar gestiones ante el gobierno nacional para obtener un escalafón propio, con la mejor herramienta que se podría haber tenido para demostrar un reclamo legítimo: la realidad laboral. Esto sería considerado recién en marzo de 1973, con la sanción de la Ley Nº 20.239, el Estatuto para el Personal Civil.
