Axel Kicillof y el secretario General de Gobierno, Federico Thea, proyectan un entramado de "sucursales" de la gobernación bonaerense en los distritos para descentralizar la gestión de los servicios que brinda la provincia, que los intendentes viven como un avance sobre sus competencias y control político del territorio.
El trazo grueso del proyecto se diseñó durante la campaña, pero quedó paralizado por la pandemia de coronavirus.
En el proyecto de presupuesto que la Legislatura aprobó este martes se había incluido un punto que hacía referencia a la "construcción de 135 Casas de la Provincia en cada uno de los distritos bonaerenses". Ese ítem generó tensión durante la discusión legislativa y se terminó quitando del texto.
Sin embargo, desde gobernación son determinantes y aseguran que "la idea está vigente". Su mención en el presupuesto tenía que ver con el listado de obras y no con una decisión política de llevar adelante la iniciativa.
Así, Kicillof tendrá "mini gobernaciones" en los distritos, donde los vecinos podrán hacer trámites del Instituto de Previsión Social, IOMA (la obra social del Estado bonaerense) y donde se atenderán demandas de las áreas ministeriales, como Salud, Educación y Desarrollo de la Comunidad.
Esto le permitirá, además, llevar funcionarios y consolidar a referentes propios en espacios de poder en las ocho secciones electorales de la provincia. Se sabe que el Gobernador y su equipo más cercano proviene del territorio porteño y que carece de estructura en el extenso interior bonaerense.
El proyecto impacta directo en los intendentes que en definitiva son quienes desde hace años resuelven las demandas en los territorios y quienes tienen nexo con los despachos de La Plata, en muchos casos a través de los legisladores.
En términos formales, fuentes del gobierno desestimaron a LPO toda connotación política a la iniciativa y aseguraron que se trata de un plan de ‘desconcentración' del Estado bonaerense.
La idea de descentralizar la administración central -apuntalada en La Plata- no es nueva. Ya durante la campaña, Kicillof había dado pistas de querer avanzar en esa líneas.
El último intento importante vinculado a políticas de descentralización en la provincia ocurrió mediados de 2011 cuando Scioli presentó un mega proyecto que buscaba descentralizar la administración pública.
El proyecto era ambicioso: apuntaba a crear entre ocho y doce jurisdicciones autárquicas en la provincia, a partir de sus afinidades territoriales, productivas y sociales. Esas regiones tendrían a su cargo la gestión descentralizada de las políticas de salud, educación, seguridad, industria e inversiones.
El proyecto de Montoya circuló en debates, foros y presentaciones en varios puntos de la provincia pero chocó con la llegada de Gabriel Mariotto al Senado bonaerense. El entonces vicegobernador había llegado para condicionar la carrera de Scioli a la presidencia. El proyecto del actual embajador en Brasil logró aprobarse en Diputados, pero Mariotto lo cajoneó en el Senado, perdió estado parlamentario.