La solidaridad es por sobre todo acción. Eso lo saben bien quienes son viajeros y que disfrutan de las travesías desde el mismo momento de salir de casa.
En esta oportunidad la historia tiene algunos nombres propios que vale la pena destacar en medio de tanta maraña negativa y mala onda.
"Ayer domingo estabámos volviendo de dar un paseo en moto por la RN 249 y faltando unos 12 kilómetros para llegar a Punta Alta tuvimos la mala suerte de pinchar la rueda trasera de la moto".
"Nos tiramos a la banquina, pudimos parar la moto -teniendo en cuenta que veníamos a unos 80 km/h fue bastante complicado- y antes de poner el casco en el piso ( señal internacional de que una moto está en problemas) vimos en la banquina de enfrente a un motoquero en su chopera que nos preguntaba si necesitábamos algo. Sinceramente no lo vimos llegar pero....estaba ahÍ"
"Demás está decir que nos ayudó a llevar la moto hasta la sombra, (porque eran la 4 de la tarde y el sol estaba muy fuerte) ,sacó sus herramientas, nos esperó que saquemos la rueda, nos trajo hasta punta alta a emparchar la rueda, nos esperó y nos volvió a llevar, mientras armábamos la rueda le convidamos unos mates y nos quedamos charlando por un buen rato",
"Ya de regreso a casa nos escoltó hasta entrar a la ciudad por la avenida Tucumán, se nos adelantó, nos tocó bocina como señal de despedida y viendo que habíamos llegado bien......desapareció. Si ustedes lo quieren conocer se llama Diego y trabaja en el "Lavadero Mitre" de calle Mitre y 25 de mayo, parece una persona normal pero nosotros sabemos que es... un "Ángel motoquero", contó Mario, agradecido del gesto y la predisposición de la que fue objeto.
Una GRAN HISTORIA MINIMA que compartió con DIARIO 21 y que merecía ser contada.
